lunes, 5 de abril de 2010

Próxima Ida

Se viene el siguiente viaja a Villa Serrana, 17 al 19 con posible extensión al 20 por motivos de eludir la operación retorno,

Da la impresión que va a estar frio para bañarse en la represa.
Igualmente nos quedaron varios sitios por recorrer que esperamos poder conocer esta vez.

Un agregado es que vamos con amigos, lo cual mejora siempre la experiencia.

Villa Serrana, no te muevas que vamos para ahí !!!

sábado, 27 de marzo de 2010

Cerro Arequita

AREQUITA

El gigante magnético

Dónde queda? Lavalleja, Minas ...

Arequita es un cerro, pero no cualquier cerro. Tiene algo inexplicable que hace que el visitante regrese. Tal vez sea la belleza del lugar y sus alrededores.

El cerro Arequita forma parte de la Sierra de Minas, que cruza el departamento de Lavalleja, de Uruguay, de Sur a Norte. Los cerros de esta sierra son de aspecto redondeados, de piedras duras, como granitos, cuarcitas, riolitas y dolomitas entre otras. Forma parte de las llamadas Serranías del Este, uniéndose más al sur con la Sierra de la Animas, también de excepcional belleza, llegando hasta el mar, en la ciudad de Piriápolis. Arequita es quizá, el cerro más particular de la Sierra de Minas. Hay otros como el de Verdún, cerca de la ciudad de Minas, con un santuario católico en su cima, y al que acuden miles de personas en la semana de Turismo. Pero es Arequita el más mágico de todos.

Los cerros de Uruguay no son demasiado altos: el Cerro de las Animas es el punto más alto del país y cuenta apenas con 425 metros sobre el nivel del mar; el Pan de Azúcar no llega a 400m y el Verdún en Minas tiene sólo 320m. El Arequita es bastante más bajo que el Cerro de Verdún.

Está constituido en gran parte por riolitas y presenta vestigios de la antiquísima actividad volcánica que había en la región. En algunos lados, sobre todo cerca de la entrada de la famosa gruta de Arequita, se pueden encontrar en el suelo pedazos de piedra pomes, es decir ceniza volcánica compactada por el peso de los sedimentos que cubrieron más tarde esa zona. (Hay que recordar que estos cerros son producto de un plegamiento del basamento cristalino que afloró a la superficie, siendo erosionado por el viento y la lluvia, dándole la forma de cerros redondeados).

Lugar turístico, el camping, el río Santa Lucía...

Arequita se encuentra a doce kilómetros de la ciudad de Minas, y hay ómnibus que te llevan hasta allí. De hecho el acceso a la zona es fácil ya que allí se encuentra el camping municipal, a orillas del río Santa Lucía. El mismo que desemboca en el Río de la Plata, que pasa por el Parque Lecocq, nace a pocos kilómetros del Cerro. De hecho, el río separa al Arequita de su gemelo, el Cerro del Cuervo. Es esta conjunción de los dos cerros gemelos, y el río Santa Lucía pasando entre ellos, lo que da a la zona ese toque de maravilla, de lugar "extraño", inexplicable.

La gruta, los vampiros, la burbuja del volcán...

La sorpresa que esconde Arequita es su gruta. Se encuentra a unos pocos metros de la superficie de roca. Para llegar a ella hay que descender por lo que alguna vez fue la chimenea de un volcán. Desde que fue encontrada a fines del siglo XIX, hasta hace unos pocos años, se podía entrar sin problemas, hasta que los propietarios de las tierras en las que se encuentra parte del cerro y la gruta, decidieron restringir el acceso. Hoy día se cobra la entrada, y se baja con un guía.

Primero hay que avanzar por una grieta entre altas paredes de piedra repletas de plantas parásitas (claveles del aire), hasta llegar a la chimenea por donde vamos a bajar a la gruta. La erosión ha abierto lo que una vez fue un conducto por donde salían lava y gases de un volcán extinto ya hace millones de años. Al bajar hay que poner mucha atención con los escalones cavados en la piedra porque generalmente están mojados. A medida que nos internamos en la chimenea se percibe un fuerte olor que viene de las profundidades. "Es el gas metano que libera la colonia de murciélagos", nos dice el guía. Por fin llegamos a la entrada. Una breve hendidura más baja que una puerta común, es la entrada al mundo de la oscuridad. El guía nos pide un momento de silencio, y nos indica que escuchemos con atención. Sobre nuestras cabezas se escuchan chillidos. Estamos asustando con nuestra presencia a los habitantes de la gruta. "Son vampiros", informa el guía. Muchos han quedado impresionados ante la presencia de Drácula, pero no son más que unos pequeños mamíferos que viven apretados, dándose calor entre sí, en las grietas de la roca.

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Con cuidado entramos a la gruta. El suelo es de sedimento y es muy plano, como alisado por el agua que entra a torrentes por la chimenea cada vez que llueve. Apenas se ven los compañeros a la luz de la linterna. El guía entonces dice que va a apagar la linterna un momento. Y nos envolvió la oscuridad. La más absoluta oscuridad. El lugar más negro que te puedas imaginar. La total ausencia de luz. Nada de luz. No podías ver tu mano enfrente de tu cara. Lentamente, respirando el aire húmedo, empezamos a escuchar. Allí, como a la derecha, se oía el gotear del agua. Arriba, en algún lugar, a diez o quince metros de altura se oían los débiles chillidos de la colonia de murciélagos. Todo era silencio. La soledad era tal, sin ver nada, que uno se perdía en esa negrura. Lentamente la angustia fue ganando a alguno de los compañeros, y el guía sin aviso encendió la linterna. ¿Cuánto estuvimos así? ¿Un minuto? ¿Cinco? Para algunos fue demasiado.

La gota detrás de la piedra

Una vez que encendió la linterna, todos se tranquilizaron. Entonces el guía nos condujo hacia la derecha, caminamos unos diez pasos y llegamos a la pared de la gruta. Estaba mojada. Desde la pared se podía comprender la forma de la gruta. Es una gran esfera, llena de sedimentos hasta la mitad, o quizá un poco más arriba. Nosotros estabamos parados sobre ese relleno de piedras y lodo apisonado. Tanto era así que alguno de nosotros llegó a golpear con los pies el suelo par oír un sonido seco, como si estuviera hueco. Muchos nos imaginábamos que pasaría si ese piso cediera. El guía, ecologista quisquilloso, no deseaba molestar a los murciélagos con las luces, cosa que nos pareció correcto pero que nos privó de contemplar las dimensiones de la gruta. Sólo se veía lo que el haz de luz tocaba, nada más. Nos llevó hasta una gran piedra que descansaba sobre un promontorio de barro y rocas desprendidas de una pared. Detrás de ella, desde el techo de la gruta, una gotera incesante, producía aquel ruido que habíamos escuchado cuando apagaron las luces. El guía nos contó que esa gruta, se cree, era utilizada por los indios aborígenes que vivían en Uruguay con fines mágicos y rituales. También, pensé, es un manantial eso que gotea allí. Pero el guía insistió con la tesis de que esa gran piedra era un altar indígena. Explicó que el nombre de Arequita, quiere decir "la gota detrás de la piedra". Y tal cosa era cierta, por lo menos si es que el nombre quiere decir justamente eso. También afirmó con convicción que se creía que el Santa Lucía nacía allí, pero eso es más difícil de creer. El Santa Lucía debe nacer a varios kilómetros del Arequita.

Tal vez el Cerro Arequita se encuentra lleno de burbujas como la que abierta por la erosión al exterior, formó la gruta del mismo nombre. Si se pudiera hacer un corte transversal del cerro, este se asemejaría a un queso gruyere, lleno de burbujas, recuerdos de un pasado volcánico.

Actualmente la gruta es de propiedad privada

Por supuesto que si te haces un viaje hasta allí querrás subir el cerro. Necesitas llevar puesto un buen calzado, ropa ligera y una cantimplora. Nada más. Después tener firmes las piernas y ganas de llegar arriba. El Arequita no es muy alto pero si empinado, y para llegar a la cima hay que dar unos cuantos rodeos. Atención: no intenten subir por donde viven los Alzugaray, ya que ellos prohiben el acceso al cerro, y sólo te ofrecen la posibilidad una vez al día y con guía, o sea con maestra y guardián. Por eso te recomendamos que busques un acceso más fácil. Yendo hacia la derecha de donde está la gruta, hacia la carretera, hay un cartel que indica que una parte del cerro es propiedad del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, y que si no dañas nada, ni rompes ramas, ni enciendes fuego, puedes pasar libremente. Hay un sendero ni bien llegas al monte nativo, que está señalizado por flechas pintadas en las rocas, y el ascenso se hace fácil.

A la derecha del camino encontrarás una verdadera maravilla de la naturaleza: el bosque de ombúes. No es el único que hay en Uruguay, ya que debe haber como una docena repartidos por todo el país, incluso el más famoso queda en Rocha, pero este es verdaderamente hermoso. El ombú, es un árbol grande, con fuertes raíces que se extienden como si fuera una falda abultada, y con largas ramas quebradizas. El ombú no es un árbol en sí, ya que es un arbusto, bueno el padre de todos los arbustos, es el símbolo de las pampas, ya que en estas regiones se lo encuentra aislado, pero en ocasiones se los encuentra formando un bosquecillo. Este es el caso del bosque de ómbues que hay en la falda del Arequita. Forma lo que se llama un bosque galería, es decir, permiten que pase muy poca luz al suelo. Entre los ombúes hay ciclópeos fragmentos del cerro que se han desprendido a lo largo de los siglos que deben pesar cientos de toneladas. Por esta razón las paredes del cerro en ese lado son como altos murallones de piedra rosada repletos de claveles del aire.

Pero el premio de la visita está en la cumbre. El paisaje es algo único. Entre las sierras se puede ver al Sur, la ciudad de Minas, con sus casas blancas, sus campanarios. Al Este, perdiéndose hasta el horizonte la Sierra de Minas, largos y redondeados cerros se continúan en procesión. Si caminas un poco entre los arbustos y los bloque de piedra erosionados por la lluvia, y bajo la curiosa mirada de alguna que otra vaca, podrás apreciar al enorme cerro gemelo del Arequita, el Cerro del Cuervo. Con su bosque de ombúes impenetrable, y su altísimos farallones de roca gris, el Cuervo se eleva sobre la tierra más alto que su hermano, separados por el río Santa Lucía que lo corta justo en su base formando una laguna de agua helada. Si sigues con la mirada el cauce del río, dando una amplio giro hacia el Oeste, verás de donde vienes, el camping, lleno de diminuta gente.

Al bajar ten cuidado, puesto que es más difícil el mismo camino que tomaste para subir. Ten cuidado con las rocas sueltas, ya que pueden rodar, hacerte caer o golpearte.


(fuente: http://www.iuca.net)

Circuitos de Paseos

(fuente: viajes.elpais.com.uy)

Minas la quimera del oro


El oro encontrado era insignificante, pero la quimera produjo excelente literatura, música y arquitectura, paisajes de ensueño, muchos misterios y misticismo para todos los gustos.

Todo comenzó en 1749 cuando el aventurero francés Petitvenit anduvo explorando las serranías y envió a España muestras de oro y piedras preciosas. Bastó eso para que la Corona desviara la expedición del Coronel Antonio de Escurruchea que se dirigía al lejano Potosí, para verificar los hallazgos, que fueron considerados ciertos. Así que en 1751 el Rey de España resuelve brindar ayuda para los montevideanos que quisieran probar fortuna.

Uno de ellos fue Cosme Alvarez, un español que se jugó entero por la quimera del oro, perforó y escarbó durante cinco años hasta darse por vencido. Finalmente se encontraron yacimientos como los del Arroyo Campanero Chico y El Soldado. Pero cada tonelada de mineral rendía apenas nueve gramos de oro.


Una de esas excavaciones está a unos siete kilómetros de una ciudad que no podía llamarse de otra manera que Minas, pues mineros era lo que había por allí cuando fue fundada, cuarenta años después de los primeros hallazgos. La otra excavación importante está detrás del Parque de Vacaciones de la UTE y al contrario de la otra, que dispone de guías que salen cada pocos minutos, en esta estarás ante una exploración silenciosa y poco conocida. Verás el “oro del bobo” que tantas ilusiones forjó y si sos un suertudo increíble, hasta podrías encontrar esa veta con la que tantos soñaron.


Oro había muy poco, pero abunda la piedra caliza, dolomitas, mármoles, granitos y un limo arcilloso con el que se elabora la cerámica roja. Pero su fuerte, además del turismo y la minería, es la ganadería y la granja. Hay bastantes posibilidades de alojamiento y la Intendencia de Lavalleja brinda toda la información en http://www.lavalleja.gub.uy/web/lavalleja/73


Tenes que ir, si o si, al Campanero Chico. Recorrés kilómetros de galerías subterráneas y te asombrás con el Pozo de la Calavera de 14 metros de profundidad, donde hoy inaccesibles, hay más y más galerías. Andá, comprate unas linternas y unas botas de goma, para vos y para los chiquilines, llevá cámara fotográfica con buen flash … y una botella de agua mineral, que debe ser Salus debe para que los minuanos no te miren torcido.


Estas galerías subterráneas forman parte de uno de los estupendos circuitos que propone la Intendencia Municipal de Lavalleja. Pero el entorno serrano de Minas da para muchísimo más. Para empezar, andá a la Confitería Irisarri en la Plaza y comprate algunos serranitos y damasquitos, así como una merienda para cada día. O abastecete en los alrededores, pues acá son grandes proveedores de golosinas. Guardá las bolsitas de plástico, pues cuando andes por las sierras es casi obligatorio juntar marcela recién florecida en Semana Santa, que es la mejor de todas. El auto te quedará aromatizado durante semanas.

Abajo encontrarás la descripción de cinco circuitos turísticos de Lavalleja y un mapa que te servirá de ayuda; pero si te perdés no te preocupes, ningún paisaje por aquí tiene desperdicio. Hay algunas cosas que no te podés perder, por ejemplo:


El Cerro del Verdún, un clásico lugar de peregrinación y queda cerca del Parque Salus, donde podés almorzar. Al Cerro Arequita no te lo podés perder. Entrá en la gruta que tiene sus misterios y que no te asusten los murciélagos, son tan buenos que se comen a los mosquitos. Por ahí cerquita están las nacientes del Río Santa Lucía, con un balneario, un camping y lindas cabañas. Cuando vuelvas, hacete una caminata por una ciudad que tiene un Museo y Casa de la Cultura en la casa natal de Lavalleja, un Museo del Humor y la Historieta, el Teatro Lavalleja y la austera Catedral con muchos artesanos alrededor. Un poquito más y te vas al Cerro Artigas para ver uno de los más grandes monumentos en hormigón y tener una vista panorámica de la ciudad. En el parque Rodó hay un zoológico y se te terminó el día.

Se duerme bien en Minas porque uno llega cansado. Otro día debés ir al Parque de Vacaciones de la Ute-Antel (detrás está la otra mina de oro); o lo dejas para el final pues acá se almuerza de manera inolvidable. O alojarte en San Francisco de las Sierras, particularmente si hace frío, pues esto sí que es confortable y paisajístico.


Si te da por la meditación y las cuestiones metafísicas, es tu oportunidad de conocer el Valle del Hilo de la Vida, llamado así por una vertiente purísima que lo recorre y que ambientó población indígena hace al menos mil años. Por allí andan sus sencillas construcciones, como para inspirar y energizar al que cree y al menos sembrarle dudas al que no cree en nada. Informate antes de ir en http://www.holos.com.uy/hilodelavida/hilodelavida.html y coordiná una visita guiada.

Aunque como misticismo, salvo en el Tibet, no hay como el Monasterio Chagdud Sengue Dzong, un Centro de Budismo Tibetano Vajrayana. Está en Aguas Blancas, donde hay una vertiente de agua mineral y un paisaje que te corta la respiración. Hace años que es un centro de retiro espiritual cristiano, pero ahora también lo es para los budistas … de todo el mundo. Como en este lugar la discreción es sagrada, no hay como comprobar si es o no cierto que tipos como Richard Gere andan por acá con frecuencia. Nadie te impide ir a este Monasterio, salvo que no tengas un auto con muy buena tracción, pues meditar es empinado. 400 metros de altura, para ser precisos.

Antes de que te entusiasmes, pensalo bien. Te recibirán amistosamente y hasta te podés quedar pagando tus costos … pero no podés fumar, ni beber alcohol ni muchos otros pecaminosos hábitos.


Y todavía te falta lo que para muchos es lo mejor: el Salto de Agua del Penitente, para llegar al cual también necesitás buena tracción y llegar con apetito, pues el Parador bellamente instalado justo encima de la cascada tiene un restaurante que se las trae. Debajo, la olla que forma el torrente es óptima para un baño inolvidable y con calzado apropiado, se impone seguir el curso de agua que baja del cerro cantando entre las piedras.

No comas con abundancia, pues dando por seguro que ya viste la mina de oro que queda por el camino, todavía te falta Villa Serrana, un espacio serrano escogido por Vilamajó para que la gente sensible disfrutara a pleno. Pero tenemos pocas personas sensibles. El parque y las formidables viviendas diseñadas por el mayor arquitecto uruguayo, tienen cíclica adhesión. Por momentos están de moda y en otros momentos la gente olvida todo esto, que incluye una represa, hoteles y posadas, piscinas, cabalgatas, algo de pesca y rinconcitos para bañarse entre las piedras como lo hacían los indios. Si quieren que les diga, Villa Serrana es una muestra de lo inexplicable que es el ser humano. Hay un lugar como éste, disponible a bajo precio y la gente prefiere gastar dos o tres millones de dólares en lugares igual de distantes y menos agraciados paisajisticamente. Andá y probá, capaz que te comprás una cabaña de Vilamajó, nada menos.

Fuente de información http://www.lavalleja.gub.uy/web/lavalleja, con ilustraciones de la misma web y aportes de admiradores de Lavalleja en skyscrappercity.com.

Cinco días a toda sierra

Dada la diversidad de lugares que tiene Minas y su entorno para visitar, se hace imposible hacer un tour completo en un solo día. La Intendencia propone cinco tours diferentes que equivalen a otros tantos días. Ir con auto es una gran ventaja, pero si no tenés, hay dos de esos circuitos que se pueden hacer en autobús local. También hay excursiones, naturalmente.

Tour 1 - Desde Ruta 8 (Montevideo-Canelones)
En automóvil o excursión.
Saliendo aproximadamente a las 9 AM.
Retorno aproximado 7:30 PM.
PARQUE SALUS: Parque forestal indígena, cabalgatas, Fuente del Puma. Restaurantes y hospedaje.
CERRO VERDUN: Santuario, vista panorámica, ascenso al cerro, imagen de la Virgen.
CERRO AREQUITA: Visita guiada a la gruta, escalamiento a la cima, flora y fauna del lugar (Restaurante).
LAGUNA DE LOS CUERVOS: Zona de balneario. Camping y cabañas.
SANTA LUCIA: Zona de balneario. Restaurante, almacén, Camping Municipal, cabañas y piscinas.
MINAS - CENTRO
PLAZA LIBERTAD: Monumento a Lavalleja, Catedral, Confitería Iirisarri.
CASA DE LA CULTURA: Casa natal de Lavalleja, Museos y exposiciones.
TEATRO LAVALLEJA: Obra arquitectónica, Museo del Humor y la Historieta.
Hoteles, Restaurantes, heladerías, Cajeros automáticos,Cyber-Café, Antel.
CERRO ARTIGAS: Monumento al Gral. José Artigas, vista panorámica de Minas.
PARQUE RODO: Zoológico, parque de descanso con comodidades para picnic.

Copiá el mapa con el botón derecho y luego amplialo e imprimilo

Tour 2 - Desde Ruta 12 (Maldonado-Punta del Este-Rocha)
En automóvil o excursión.
Saliendo aproximadamente a la 9 AM.
Retorno aproximado 7:30 PM.
PARQUE DE VACACIONES UTE-ANTEL : Balneario, Mirador, juegos infantiles, complejo deportivo. Restaurante, hospedaje, piscinas climatizadas, piscinas abiertas, Cine, Biblioteca, etc.
SAN FRANCISCO DE LAS SIERRAS: Complejo turístico en excelente ubicación paisajística. Piscina, restaurante, cabañas de piedras totalmente equipadas.
VALLE DEL HILO DE LA VIDA: Antiguo territorio indio con un legado de aproximadamente 100 construcciones en piedra.
REPRESA Y PARQUE OSE: Represa, Parque forestal y zona de pesca y picnic.
MINAS - CENTRO
PLAZA LIBERTAD: Monumento a Lavalleja, Catedral, Confitería Iirisarri.
CASA DE LA CULTURA: Casa natal de Lavalleja, Museos y exposiciones.
TEATRO LAVALLEJA: Obra arquitectónica, Museo del Humor y la Historieta.
Hoteles, Restaurantes, heladerías, Cajeros automáticos,Cyber-Café, Antel.
CERRO VERDÚN: Santuario, vista panorámica, ascenso al cerro, imagen de la Virgen.


Tour 3 - Desde Ruta 8 (Treinta y Tres - Melo)
En automóvil o excursión.
Saliendo aproximadamente a la 9 AM.
Retorno aproximado 7:30 PM.
VILLA SERRANA: Vista panorámica de las sierras en su máximo esplendor, Represa, vista del Ventorrillo, lago, Represa de la India. (Hoteles y posadas, restaurantes, piscinas, cabañas, cabalgatas, tour 4x4, zonas de baños, pesca)
SALTO DE AGUA Y PARQUE PENITENTE: Zona netamente paisajística con la monumental caída de agua del Penitente. Cuenta con parador, minutas, comidas criollas, refrescos, cabalgatas y paseos, zona de camping.
MINA DE ORO: Paseo guiado por 800 metros de galerías dentro de la mina. Cabañas, zona de balneario, juegos.
CERRO ARTIGAS: Monumento al Gral. José Artigas, vista panorámica de Minas.
MINAS - CENTRO
PLAZA LIBERTAD: Monumento a Lavalleja, Catedral, Confitería Iirisarri.
CASA DE LA CULTURA: Casa natal de Lavalleja, Museos y exposiciones.
TEATRO LAVALLEJA: Obra arquitectónica, Museo del Humor y la Historieta.
Hoteles, Restaurantes, heladerías, Cajeros automáticos,Cyber-Café, Antel.


Tour 4 - Desde la Terminal de ómnibus de Minas
Sin locomoción.
Se realiza en ómnibus de recorrido urbano que tienen su punto de partida y llegada en la Terminal de Minas.
Saliendo aproximadamente a las 9 AM.
CERRO VERDÚN: Santuario, vista panorámica, ascenso al cerro, imagen de la Virgen.
PARQUE SALUS: Parque forestal indígena, cabalgatas, Fuente del Puma. Restaurantes y hospedaje.
CERRO ARTIGAS: Monumento al Gral. José Artigas, vista panorámica de Minas.
MINAS - CENTRO
PLAZA LIBERTAD: Monumento a Lavalleja, Catedral, Confitería Iirisarri.
CASA DE LA CULTURA: Casa natal de Lavalleja, Museos y exposiciones.
TEATRO LAVALLEJA: Obra arquitectónica, Museo del Humor y la Historieta.
Hoteles, Restaurantes, heladerías, Cajeros automáticos,Cyber-Café, Antel.
PARQUE DE VACACIONES UTE-ANTEL: Balneario, Mirador, juegos infantiles, complejo deportivo. Restaurante, hospedaje, piscinas climatizadas, piscinas abiertas, Cine, Biblioteca, etc.


Tour 5 - Desde la Terminal de ómnibus de Minas

Sin locomoción.
Se realiza en ómnibus de recorrido urbano que tienen su punto de partida y llegada en la Terminal de Minas.
Saliendo aproximadamente a las 9 AM.
CERRO AREQUITA: Visita guiada a la gruta, escalamiento a la cima, flora y fauna del lugar. Restaurante.
SANTA LUCIA: Zona de balneario. Restaurante, almacén, Camping Municipal, cabañas y piscinas.
CERRO ARTIGAS: Monumento al Gral. José Artigas, vista panorámica de Minas.
MINAS - CENTRO
PLAZA LIBERTAD: Monumento a Lavalleja, Catedral, Confitería Iirisarri.
CASA DE LA CULTURA: Casa natal de Lavalleja, Museos y exposiciones.
TEATRO LAVALLEJA: Obra arquitectónica, Museo del Humor y la Historieta.
Hoteles, Restaurantes, heladerías, Cajeros automáticos,Cyber-Café, Antel.
PARQUE RODO: Zoológico, parque de descanso con comodidades para picnic.

Enamorandose de la Villa

Días después de haber vuelto, la villa sigue ejerciendo su magia en nosotros.


Es que hay lugares que son así, te conquistan el alma y te ablandan el corazón. Te dan un pedacito de si, para que lo lleves contigo y te exigen a cambio un cachito de tu alma, para dejarla guardada hasta que vuelvas. Y esa parte nuestra, que ya no lo es, porque ahora es de las sierras, nos llama, mezcla de susurro y gritos, que nos pide que volvamos una vez más.



Es seguro que volveremos a Villa Serrana, y será como volver al hogar.




sábado, 20 de febrero de 2010

El Viaje y el Primer día

Como debe ser, hay que salir temprano, sino el sol te saca lonjas.

Así que 06:30 A.M. cuando la claridad levantaba, y todavía se sentía la fresca de la noche en el aire, saltamos de la cama, con la alegría de gurí chico que empieza las vacaciones.

Después de un desayuno que debía rendir y haber cargado:
las valijas,
las bolsas,
las sillas,
los bolsos,
los comestibles,
los juguetes,
y haber metido en la valija del Fiat 124, varios etcéteras más...

ARRANCAMOS!

El cachilo tenía motor nuevo, así que había que explicarle, que el camino, se lo tomara sin prisa, no sea cosa se fuera a empachar, y él entendió, despacito, al comienzo y con más confianza luego, se fue comiendo la ruta, parando de vez en cuando para tomar nafta, digerir la ruta tragada y seguir a paso constante hasta llegar a destino.

Ya llegando al límite con Lavalleja, empezamos a ver como cambiaba el paisaje, los cerros aparecían detrás de los montes. Después de mucha ruta, al llegar al Km. 145 de la Ruta 8, hubo que doblar a la derecha, dejar atrás el asfalto, y ver el camino que sube, baja y serpentea durante un par de kilómetros, hasta llegar al comienzo de Villa Serrana, pasada “La Olla” (lugar de baño y cabañas) y a la izquierda de la comisaría se llega al Hostal.

Finalmente. Después de una mañana viajando, habernos instalamos y hacer las presentaciones con los demás alberguistas, empezó a picar el hambre. Algo habíamos llevado, un surtido básico, además de algunas cosas preparadas para el día, no era mucho, pero tampoco poco.

Nos habían dicho que había almacenes, así que no nos preocupamos demasiado, ó sea, no faltó la comida durante las vacaciones, pero los almacenes no están muy surtidos, y la frase que se repite varias veces es: -“No me queda, viene el Lunes”, parece ser algo común, sin embargo, fuimos conociendo a los vendedores extra que tiene la villa y supieron mantenernos con la panza llena, como ser el almacén–camioneta que llega un par de veces a la semana y la panadería-moto que anda por la villa en las tardes vendiendo pan casero y bizcochos para la merienda. Infaltable luego de una tarde subiendo y bajando cerros.


El primer paseo fue a la represa, que está yendo hacia el centro de la villa, hay sombra, pasto, uno se puede meter en el lago o mandarse bajo los chorros de la represa y pegarse una buena ducha. Excelente para pasar un buen rato relajado, mirando los cerros. Por ahí conocimos un sujeto bastante peculiar, que andaba en su moto, venía desde el este de Canelones, y nos pidió indicaciones para ir a Aiguá, cosa que ni la maestra rural tenía muy claro como llegar.

Al volver empezó a ponerse feo el tiempo y hubo que ponerse a seguro en el hostal, el motociclista cayó por ahí, a pasar la noche, porque el viento que se había puesto a soplar, amenazaba con tirarlo de la moto, ya había llegado más gente además, esa noche pasamos de ser cinco a la cifra de diez; tres canarios del oeste, uno del este, tres montevideanos, dos alemanes y una austríaca.

Como buenos uruguayos que somos, los montevideanos y nosotros habíamos combinado para hacer un asadito a la noche, dado que la lluvia nos había aguado los planes, salió el plan B, pizzas y como no había horno, salieron a la sartén. Hubo pizza en pila y hasta los alemanes comieron, para regarlas hubo licor de frutilla que habíamos traído de “las casas” y finalmente nos dispusimos a dormir un rato, porque a todo esto ya era casi medianoche y el día había sido largo y muy satisfactorio.

viernes, 19 de febrero de 2010

Prólogo



Los canarios se cansaron y se tomaron vacaciones de todo: del trabajo, de la familia, de la casa, del jardín (que entre lluvia y sol no deja de crecer) de la perra y hasta del departamento mismo.

Y bue, se mandaron la canariada (otra cosa no podían hacer), de emprender un éxodo que los llevaría desde su querido Canelones, hasta lo más apartado de la civilización moderna, hasta la tierra de las sierras y los serranitos, de los alfajores y los repechos.

A través de régias rutas nacionales, cruzando los senderos de la patria, los canarios vacacionaron en Lavalleja.

Más propiamente, en un lugar que intenta conjugar la modernidad, pero trata con fuerza de mantenerse sin cambiar.

Los Canarios del Oeste viajaron a Villa Serrana.

(continuará...)